Monday 28 April 2014

Hernán Oliguria Vidaulizárraga

Unas breves palabras de homenaje al olvidado inventor puneño Hernán Oliguria Vidaulizárraga, recientemente fallecido a los 95 años en la ciudad de La Paz. 

Oliguria Vidaulizárraga nació en las afueras de la ciudad de Puno en 1909.  Realizó sus estudios escolares como interno en el colegio de los jesuitas en Arequipa.  Estos fueron seguidos con estudios de ingeniería en Buenos Aires, Argentina, culminados los cuales se afincó en el oriente boliviano, realizando labores de prospección al servicio de la Standard Oil Co. Su vinculación con Bolivia continuaría por el resto de su vida.

Al estallar la guerra del Chaco, Oliguria Vidaulizarraga se enroló como voluntario en el ejército que se aprestaba a combatir contra las tropas paraguayas. Por su educación y presencia fue ascendido al rango de teniente y destacado como segundo a la guarnición de Roboré, provincia de Chiquitos.  Es durante el sitio de esta guarnición que este ilustre hijo del altiplano da inicio a su carrera como inventor.  Desprovisto de artillería y teniendo entre los linderos del perímetro a defender acceso a un rebaño de auquénidos, Oliguria procedió a la fabricación improvisada de una poderosa catapulta, eficazmente adaptada para arrojar a gran distancia a los lanudos cuadrúpedos en mención - dándose así el primer caso registrado de uso militar del lanza-llamas en el continente.

Acabada la guerra, Oliguria retornó a sus actividades profesionales en varias regiones del hermano país, para luego establecerse en el sector agroindustrial.  Es en esta etapa de su vida que el Ing. Oliguria desarrolló su segundo invento de nota. Hallándose entregado al cultivo de frutas silvestres, y deseoso de aumentar el valor agregado de sus productos, instaló una pequeña planta enlatadora con la intención de producir fruta enlatada en compota. Dado que la compota importada aumentaba considerablemente el costo de sus productos, Oliguria desarrolló su propia maquina para producir compota localmente - nació asi la primera compotadora del país.  Años más tarde, como aporte al desarrollo sostenible del interior boliviano, Oliguria desarrollo una versión portatil de su invento, operado ya no con costosos motores eléctricos, sino simplemente con el batido de los dedos de la mano - la primera compotadora digital del continente.

Hernán Oliguria Vidaulizárraga es sobrevivido por su viuda, dos hijos, siete nietos y trece bisnietos.